Boda en Finca Jardines de Abril

Soy una apasionada de la Finca Jardines de Abril, no me escondo. A mi el buen trato y la belleza me ganan.

Me encanta cuando se cuida la vegetación de un lugar, aunque ya de por si el recinto es elegante y te invita a disfrutarlo.

Si a eso le sumas una boda de día para apreciarlo mejor, y a una de las parejas más bonitas que me podía regalar la vida, pues el cóctel es enorme.

Ana y Carlos son dulces, tiernos pero sobre todo grandísimas personas, de esas que escasean en un mundo de cada día más solitario y agrio, y me sentí muy afortunada de poder estar con ellos en su día especial, y ojalá que esté en futuros días especiales de sus vidas.

La primera vez que hablé con Ana me dirigía hacia los Pirineos a otra boda, y justo estaba viendo las montañas y estaba tan emocionada que simplemente le conté lo que estaba viendo. Cuando colgamos pensé “¿qué habrá pensado de mi?”, pero acto seguido me dije, “si eres auténtica y compartes la belleza, alguien como tú sabrá apreciarla” y así fue. Ana, si lees esto, te llevo en el corazón desde ese viaje.

La boda de Ana y Carlos en Jardines de Abril fue simplemente perfecta. Disfrutaron, hubo un ambiente de amor contagioso, fue emotiva y preciosa, con una decoración espectacular y una ceremonia única.

Y por poner una nota final, si alguien te mira como Carlos mira a Ana, ahí es.